Mucho antes de la pandemia del COVID 19 que nos introdujo en la crisis sanitaria y desnudó aún más la social y la económica, otra crisis también invisible ya hacía estragos atacando la percepción social y el sentir colectivo, introduciendo juicios de valor, que fueron calando profundo y tomando forma a través de la manipulación comunicativa, sobre temas esenciales a la convivencia de los diferentes sectores que componen el entramado social.
Con un ya más que claro objetivo, favorecer un sistema feroz, el neoliberalismo, que para ya poner cimientos definitivos a la nueva construcción social debía instalar conceptos e ideas que condujeran a la demonización del mundo del trabajo y sus representantes.
La estigmatización de los trabajadores en el colectivo social.
Utilizando como los elementos primordiales la comunicación masiva y las redes sociales, mediante la incorporación de trolls y generadores de opinión, Fake News, estrategias desestabilizadoras y otros tantos elementos distorsionadores de la realidad para imponer criterios de "des _ pensamiento"
La carga emotiva introducida adrede por estos medios hegemónicos y funcionales a esa idea de términos como: reglas del mercado , competencia internacional, costo de producción nacional, la grieta social, las jubilaciones, leyes laborales, los feriados, licencias etc, hasta poner en tela de juicio los derechos ganados por los trabajadores con tanta legitimidad durante casi un siglo de luchas y reivindicaciones sociales.
El coronavirus nos trajo a los representantes como efecto colateral, la imposibilidad de exteriorizar nuestras demandas por las maneras tradicionales, el aislamiento y el distanciamiento son factores que condicionan las manifestaciones sociales puertas afuera, las marchas, los aglomeramientos y la expresión a viva voz sin “ interferencias” de nuestros reclamos.
Esa postal de lucha, que es el pueblo trabajador en las calles con pancartas, banderas y un grito multitudinario al unísono deberá esperar, y nadie puede asegurar hasta cuándo.
Hoy la comunicación debe cumplir su papel fundamental que es la preservación de la verdad y la mirada objetiva sobre los hechos para su análisis . Sin otra función que enriquecer el pensamiento crítico, sin desnaturalizar la percepción, la libertad de reflexión y expresión.
Y es aqui donde, comunicadores objetivos y arbitrarios cobran un valor fundamental y sumamente necesario para visibilizar, concientizar y manifestar sobre las problemáticas y necesidades del sector del mundo del trabajo.
Entonces surge el doble desafío, primero el de revertir las “sub verdades” de las cargas emotivas instaladas por quienes quieren solo el beneficio para un sector concentrado del poder económico.
Y en segundo lugar para crear un paradigma que contenga nuevas modalidades de acción, nuevas estrategias, que jamás podrán estar en discordancia con las necesidades y la dignidad humana, contemplando el valor fundamental del rol del trabajo en la construcción social y defendiendo fervientemente además , los derechos, y las conquistas que hoy enarbolamos como bandera. Pero innovando.
Es un pequeño aporte que ojala que surjan muchos más, y podamos, con la vocación de servicio solidario de siempre, estar a la altura de estos nuevos desafíos.
Richard Ordoñez
Para Gestión Gremial:
Secretario General SADOP
Secretario Prensa y Comunicación CGT